sábado, 19 de julio de 2014

El Misterio del Sumiller Infiel (Primera Parte)



1. Ser sumiller

Al terminar de trabajar se sentaron en la terraza y sacaron las botellas que habían catado por la mañana, vinos de las primeras añadas de la bodega, que ahora iban simplemente a disfrutar mientras charlaban.

Tina no quería contarles nada del nuevo caso hasta que llegara Jules: había llamado a mediodía para decir que ya estaba en camino pero que había parado a comer en Losar de la Vera, en el Carlos V, y calculaba que llegaría sobre las siete de la tarde.

Diego, el veinteañero que estaba haciendo sus prácticas de sumiller en Estancia Piedra, no se perdía ni un comentario de los que estaban haciendo sobre los vinos.

-Bueno Diego, cuéntanos que es para ti un sumiller y porque decidiste prepararte para serlo, le preguntó Marijose, la enóloga.

-Porque me gusta todo lo que tiene que ver con el mundo del vino y el trato con la gente y quiero hacerlo bien, saber catar y saber tratar, contestó

-Buena definición, dijo Tina. Nuestro sumiller misterioso e infiel, un sumiller ya experimentado y tan bueno como llegarás a serlo tu, dice que su profesión consiste en hacer que el cliente, disfrute al máximo de la comida, los vinos, el servicio...haciendo que su presupuesto y el objetivo por el que ha ido al restaurante obtengan los mejores resultados posibles. Obviamente no os puedo contar como se llama, digamos que Pepe, para entendernos. os adelantaré también algunos detalles, como que es de mediana estatura, delgado, inquieto y con ese toque de pulcritud y caballerosidad de los buenos camareros, de los de raza.

La nube de polvo que se acercaba por el camino les adelantó quien llegaba a toda mecha con la moto.


S2.- El cuaderno de cata.

Pepe, el sumiller, era sumamente meticuloso y anotaba cada uno de los vinos que cataba, aunque ya lo conociera, aunque lo hubiera servido el día anterior, siempre había una nota diferente, un matiz que distinguir.

Creó su propia ficha, mucho más completa que cualquiera de las que utilizaba cuando asistía como jurado a los concursos, mucho más que ninguna de las que había visto. Con el paso de los años, los viajes, los nuevos conocimientos y las nuevas modas, la ficha se había ido enriqueciendo y complicando.

El cuaderno de cata le acompañaba siempre y lo guardaba con el mismo mimo y secretismo con el que guardaría su diario una adolescente. Alguna vez, en broma, habían tratado de quitárselo y ver sus notas y no solo había sido imposible, sino que se había enfadado muchísimo.

A estas alturas ya tenía la certeza de que nunca iba a poder tener en sus manos algunas botellas, algunos vinos míticos, que por mucho tiempo y dinero que dedicara sería imposible llegar a catar ni siquiera una milésima parte de los vinos de los que ya conocía el nombre. Y seguían naciendo otros. Y seguían sorprendiéndole los viejos conocidos tanto como los recién llegados. Y seguía abriendo con la misma pasión cada botella.

Lo que tampoco sabía nadie es que identificaba cada vino con una mujer y para ellas también tenía una ficha de cata. Y algunas de las fichas no estaban en blanco


S3. Una cata de Burdeos, según Tina.

Tina se preguntó cómo serían las fichas de cata de Pepe, como describirían los vinos catados y que buscaría que tuvieran las mujeres deseadas.

Recordó las fases básicas de cata: visual, olfativa y gustativa.

Cerró los ojos para la fase visual y recordó como se oscurecía el pelo de Jules al salir mojado de la ducha, añadiendo matices al secarse y comenzar a brillar y el color de sus ojos castaños con chispitas, como madera recién encerada y los claroscuros que marcaban los músculos en su piel de tostado medio y la sombra de la barba al despertarse por la mañana...Limpio. Brillante. Intenso.

Con la nariz junto a su cuello, cuando van juntos en la moto, a copa quieta, Tina aspira lentamente y entonces aparecen las grosellas negras junto con notas características de la madera francesa: frutos secos, miel, tabaco, especias y balsámicos.

Al agitar ligeramente aparecen aromas más complejos que se van ampliando y complicando en un maravilloso bouquet si sigue agitándose. Sudor,cuero, chocolate, especias, cassis, cedro, trufas, nueces, ciruela, sándalo...Los dos Cabernet y el Merlot. Realmente tenía un Grand Cru de Burdeos en sus manos...

-¿En que piensas?-preguntó Jules al encontrarla sentada en la terraza y mirando absorta la copa de vino.

-Tina se sobresaltó, levantó los ojos y le miró a contraluz dándose cuenta de lo pobre que se había quedado en la descripción de su fase visual.

-Ya ves, el tema del sumiller infiel y sus fichas de me estaba haciendo repasar mentalmente mis últimas catas siguiendo las fases por orden. Iba a comenzar ahora con la gustativa.

- Pues si quieres lo hacemos juntos, dijo Jules.-

Y cogiendo la copa de Tina dio primero un sorbito, lo paladeo, trago y volvió a acercársela a los labios,apurando esta vez lo que quedaba.

-Y ahora, Tina, vamos a ver si este vino esta a la altura de lo que promete y es suculento, sedoso y con un final largo y persistente en boca.-dijo mientras se inclinaba hacia ella.


S4. Buscando el Norte

-Infiel, infiel..., ¿tú que entiendes por infiel?
Lo habían discutido en grupo, con los amigos, a solas... y se había convertido en un tema de conversación interminable. Ahora, mientras se organizaban para el fin de semana, seguían con lo mismo. Y seguían sin ponerse de acuerdo.

Era una cuestión de sexo. Y de sexo. Se habían creado dos corrientes de opinión divididas por sexos y cada una de ellas tenía una consideración distinta sobre la importancia del sexo en la infidelidad.

Tina eludió la respuesta y, en cierto modo, empezó a arrepentirse del nombre que había dado a este Misterio, porque les estaba haciendo irse por las ramas.

-Centrémonos en el caso ahora: Pepe es infiel a los vinos e infiel a las mujeres a las que ama, aunque él dice que lo que tiene son fidelidades simultaneas. Además, lo describe con todo lujo de detalles en su cuaderno de catas y de ahí que la pérdida, o robo que es lo mas probable, sea un problema muy serio, porque aparecen algunos nombres conocidos e importantes.-dijo Tina

-Pues, ¿sabes que te digo? que si la pista nos lleva en busca del Norte, estoy encantado de ir a buscarlo contigo. Tenemos demasiado calor y no nos vendrá mal la brisa del Cantábrico para refrescarnos un poco.-remató Jules mientras marcaba el teléfono de su amigo David para pedirle prestada su caravana vintage.























S5.-Nadie nace sabiendo, Pepe

Fue Rosa, su primera jefa, quien le regaló, junto al cuaderno en el que anotar sus catas, el afán de superación, la curiosidad y las primeras lecciones sobre el servicio del vino. Le enseñó la importancia de los preliminares, el rito, la paciencia. Le enseñó que en el vino, como en el amor, cada gesto tiene importancia y que hay vinos de callejón y portal, crudos, de trago y golpe de cristal sobre el mostrador, y otros en los que el cortejo te hace disfrutar tanto o más que poder por fin saborearlos, vinos en los que el antes y el después son tan importantes y más largos que el tiempo que permanecen en la boca.

-Nadie nace sabiendo, Pepe, le repetía como un mantra para darle ánimos cada vez que rompía un corcho o goteaba sobre el impoluto mantel. Nadie nace sabiendo.

Ella no había tenido una vida fácil. Entró a servir siendo casi una niña y había crecido entre los fogones y los comedores de casas ajenas y, afortunadamente para ella, muy buenas. El matrimonio la llevó fuera de España para hacer lo mismo por más dinero. Y ahorró, y se quedó viuda, y volvió para llevar a cabo su sueño de tener un restaurante y poner en práctica todo lo que había aprendido durante esos largos años de trabajo.

En aquel restaurante pequeño, de pocas mesas, y platos y vinos bien elegidos, entró Pepe a trabajar a los dieciséis años y allí se fraguó su futuro como sumiller y como hombre.


Foto: S6.-Mensaje en una botella

Se encontró la foto en el buzón, dentro de un sobre y sin nota, pero no hacía falta: sólo había dos personas que podían habérsela enviado y él sabía quienes eran. La foto aún decía más cosas, muchas más, pero era incapaz de digerirlo solo.

Pepe llamó a Tina por teléfono inmediatamente:
- ¿Te pillo bien?

-Si, acabo de entrar en casa y estoy sola, contestó Tina.

-Acaba de llegarme una foto de una botella de Lagarona: ahora ya no tengo ninguna duda de que me robaron el cuaderno y casi se con certeza quien lo hizo. 
Mira, Tina, continuó Pepe, desde la primera vez que probé Lagarona, el de la cosecha 2001 que fue la primera añada, supe con que mujer quería beberlo y de que mujer sería la cata que acompañara a la del vino-dijo Pepe. Esto puedo contártelo a tí porque sé que lo entiendes, que me conoces bien y que sabes el inmenso respeto y la gran admiración que tiene que inspirarme una mujer para que yo escriba así sobre ella. 
A veces ha sido real, a veces sólo imaginario, pero siempre un sentimiento intenso y siempre con mujeres a las que he tenido oportunidad de conocer, aunque no haya conseguido, en todos los casos, estar con ellas como me hubiera gustado.

-¿Y con ella?...Bueno, no me contestes ahora Pepe, pero espero que me digas al menos quien es, si quieres que sigamos ayudándote a buscar el cuaderno. Necesito pistas.

-Nosotros cerramos el restaurante por vacaciones  desde hoy hasta el lunes cuatro, si quieres puedo acercarme a Zamora este fin de semana, te llevo la foto y lo hablamos con calma, ¿está Jules ahí?

-Hoy no, y no dijo que viniera este fin de semana, aunque con Jules nunca se sabe, pero vente de todos modos, se supone que tu amiga soy yo.

- Ahora Jules también lo es y, además, hay cosas que un hombre, y mas  como él, va a entender mucho mejor y me va a servir de apoyo moral para no parecerte un completo idiota.

- ¡Hombres...!, suspiró Tina.

(Continuará)
Puedes entrar en el blog de Tina si quieres leer todos los anterioresS6.-Mensaje en una botella

Se encontró la foto en el buzón, dentro de un sobre y sin nota, pero no hacía falta: sólo había dos personas que podían habérsela enviado y él sabía quienes eran. La foto aún decía más cosas, muchas más, pero era incapaz de digerirlo solo.

Pepe llamó a Tina por teléfono inmediatamente:
- ¿Te pillo bien?

-Si, acabo de entrar en casa y estoy sola, contestó Tina.

-Acaba de llegarme una foto de una botella de Lagarona: ahora ya no tengo ninguna duda de que me robaron el cuaderno y casi se con certeza quien lo hizo.
Mira, Tina, continuó Pepe, desde la primera vez que probé Lagarona, el de la cosecha 2001 que fue la primera añada, supe con que mujer quería beberlo y de que mujer sería la cata que acompañara a la del vino-dijo Pepe. Esto puedo contártelo a tí porque sé que lo entiendes, que me conoces bien y que sabes el inmenso respeto y la gran admiración que tiene que inspirarme una mujer para que yo escriba así sobre ella.
A veces ha sido real, a veces sólo imaginario, pero siempre un sentimiento intenso y siempre con mujeres a las que he tenido oportunidad de conocer, aunque no haya conseguido, en todos los casos, estar con ellas como me hubiera gustado.

-¿Y con ella?...Bueno, no me contestes ahora Pepe, pero espero que me digas al menos quien es, si quieres que sigamos ayudándote a buscar el cuaderno. Necesito pistas.

-Nosotros cerramos el restaurante por vacaciones desde hoy hasta el lunes cuatro, si quieres puedo acercarme a Zamora este fin de semana, te llevo la foto y lo hablamos con calma, ¿está Jules ahí?

-Hoy no, y no dijo que viniera este fin de semana, aunque con Jules nunca se sabe, pero vente de todos modos, se supone que tu amiga soy yo.

- Ahora Jules también lo es y, además, hay cosas que un hombre, y mas como él, va a entender mucho mejor y me va a servir de apoyo moral para no parecerte un completo idiota.

- ¡Hombres...!, suspiró Tina.

miércoles, 16 de julio de 2014

Entremisterios: Jules marca sus rutas


Lo último que oyó Tina antes de domirse, y con lo que se despertó al día siguiente, fue la cálida voz de Jules...por teléfono.
A él se le habían acabado ya las vacaciones y estaba visitando a sus clientes para las previsiones de compra de barricas de la campaña próxima. Esta vez había dejado el Duero, estaba por la Mancha y, para volver, quería recorrer, y esto ya mas por placer que por trabajo, parte de la Vía de la Plata, desde Plasencia hasta Zamora, porque para Jules, todas las rutas terminan donde esté ella .
Tina, aún somnolienta, con esa voz exenta de las asperezas que le iba dando el día, con esa voz sensual y aniñada que a él le gustaba tanto, le dijo:
- Hay un nuevo misterio para cuando vengas, creo que va a ser el mas intrigante y divertido que hemos tenido hasta ahora. Yo ya le puesto un nombre:
“El misterio del sumiller infiel”
- ¡Vaya! ¿Y cual es la parte que te parece divertida? ¿la de infiel?
- No te voy a contar nada por teléfono, ten paciencia, contesto Tina riendo
-¡No sabes bien la paciencia que tengo! Fíjate el tiempo que hace falta para que crezca un roble tenga el tamaño adecuado para cortarlo, esperar años mientras está en los secaderos hasta que, por fin, la madera está lista y podemos hacer las barricas...Bueno, pues creo que contigo aún me hace falta mas. Y, ya ves, la tengo.

lunes, 7 de julio de 2014

Entremisterios Jules come en Ávila: Cinco en el 5

Ávila está envuelta en la muralla como un bombón en su papel de plata, hay que ir destapándola y encontrar entre rincones y recovecos la mezcla de sabores y texturas que tiene dentro.
Y como una metáfora dentro de la metáfora está el 5.

Chelo, Inma y David habían formado un grupo que necesitaba reunirse de vez en cuando en torno a una mesa para volcar las ideas y las risas, porque los cabreos los dejaban antes de sentarse, aparcados en la acera como la moto de Jules, o como la de Pedro.
Sus comidas de largas sobremesas, como tiene que ser, siempre terminaban con algún proyecto nuevo, nuevos amigos y un persistente buen sabor de boca.

Hay que decir que la elección del restaurante siempre era muy importante, fundamental, y esta vez querían enseñar a Richard y Jules, que se habían animado a acompañarles, una forma de cocinar absolutamente clásica y absolutamente creativa, con raíces como las de la cepa con la que presentan los aperitivos: la cocina de Pedro G. Mato

Parfait, como el Parfait que tomamos acompañado de un Cantadal dulce sorprendente, tanto como la exquisita selección de quesos españoles con la que presumieron delante de los franceses. Una sucesión de platos y vinos, sin prisas, sin pausas innecesarias, cuadros de una exposición comestible que les fue llevando sin que se dieran cuenta a las siete de la tarde.

De esa comida han salido muchas cosas, de la sobremesa con Pedro y los cocktails de Iván otras, pero la más importante, con la que se quedó Jules, es que el futuro se está creando entre las piedras de ciudades pequeñas que cimientan ideas grandes.








Fotos de David Villorejo y Chelo Miñana    www.5restaurante.com


sábado, 5 de julio de 2014

El misterio del enólogo desaparecido (2ª Parte)

E7. Jules y su moto

Cuando el domingo pasado apareció en EstanciaPiedra después de salir de Burdeos, recorrer el Duero hasta Oporto y volver desde Oporto hasta Toro, se encontró a Tina en la viña como él esperaba, pero también como si ella le hubiera estado esperando.

No hizo ni un solo gesto de extrañeza al verlo,a pesar de que se suponía que él estaba en Francia . Ella se limitó a besarle levemente haciéndole sentir una descarga eléctrica que a punto estuvo de hacerle caer de la moto. Descabalgó y metió la mano entre ese pelo que le volvía loco para sujetarla, para ser él quien marcara el ritmo del beso, para dejarse de juegos y saber hasta que punto estaban sintiendo lo mismo, Sentían lo mismo, estaba claro. No se entretuvo en quitarse la chaqueta, a pesar de que estaba sudando, porque no pensaba quedarse allí, solo quería raptarla como un caballero antiguo, llevarla a la grupa pegada a su espalda para perderse juntos por unas horas. Solo quería eso. Solo la pedía eso. Por ahora.

En fin, que el domingo pasado decidió que no podía volver a Burdeos así, que necesitaba tenerla cerca y ver en que quedaba todo. Era imposible saber que había entre ellos viéndola a salto de mata entre viaje y viaje.
Se moría por verla y le comían los celos entre viaje y viaje.

Empezaban las fiestas de San Pedro en Zamora y Tina le dijo que había muchas cosas interesantes y a Jules le había sonado a invitación, a que ella le quería aquí.
Así que había decidido adelantar quince días sus vacaciones y empezar a disfrutarlas ya. Con ella.

Ayudarla a resolver el misterio del enólogo desaparecido era una disculpa tan buena como otra cualquiera.


E8.- "...pero siempre hay un tren que desemboca en Madrid"

Fede, antes de desaparecer, había dejado dos sobres: en uno estaban las llaves del coche que le había regalado y elegido su padre y que siempre odió y en el otro las del piso alquilado junto con un cheque que cubría la deuda con la casera. Al entrar en la casa encontraron su ropa, su móvil y una escueta nota: “Me voy, no me busquéis. Quizá algún día vuelva, ahora no lo se”

Su amiga María buscó en los recuerdos de los últimos meses, de las últimas conversaciones, buscó alguna señal que anticipará este adiós, pero no encontró nada.Es cierto que durante los dos últimos años había cambiado mucho, tenía nuevos amigos, pero ella los conocía a todos y ellos tampoco esperaban esto. Creía que los conocía...ahora ya no estaba segura de nada.

María no podía quedarse tranquila. ¿Y si le habían raptado? ¿Y si le habían asesinado? Una nota de despedida como esa parecía forzada, como si alguien le hubiera obligado a escribirla.

La familia no quería presentar una denuncia: ¡no vamos a estar en boca de todos!, dijo su padre, y añadió que no reconocía al hombre en el que se había transformado su hijo, ni sabía nada de la vida que llevaba, ni de la gente que frecuentaba desde que no vivía en casa.

La policía, sin una denuncia por su desaparición, no haría nada y por eso María recurrió a Tina, a su instinto y perspicacia, a su constancia.
Se lo había contado ya por teléfono, pero aprovecho que tenía un par de días libres y los unió al fin de semana para encontrarse con su amiga en Madrid:¡Qué ganas tenía de verla!

Tina salió de Zamora el jueves, pero Jules estaba ya en Madrid. Jules era Jules y no podía perderse el concierto de los Rolling, ni dejar de perderse solo en Madrid, ¡Qué ciudad!
Solo o con gente, con mucha gente, periódicamente necesitaba su dosis de Madrid.
¿Y con Tina? La mezcla tenía que ser explosiva y estaba deseando conocerla, sentir la ciudad con ella, sentirla a ella.

De fondo, en la calle, seguía sonando la misma canción:
"...pero siempre hay un fuego que se enciende en Madrid"


E9.-If you start me up I'll never stop

Jules no era muy de los Stones, aunque todo lo que le sonaba a Piedra le gustaba, le llevaba a la viña, imaginaba a Tina allí...y le pasaba lo que le estaba pasando ahora: olvidarse de todo para pensar en ella.

A lo que vamos, Jules no era muy de los Rolling, pero su padre sí y le había sorprendido con el regalo de la entrada para ir al concierto del Bernabeu, dándosela como si fuera un pasaje para llegar al Grial. Y en cierto modo así fue: una conjunción eléctrica de miles de personas de varias generaciones, unos apasionados por la música, otros por el espectáculo del escenario o de las gradas, otros atrapados por el magnetismo de unos hombres que llevan atravesando varias décadas sin dejar de dar brincos bajo los focos o detrás del telón.

Irene, María y Tina le esperaban sentadas en una terraza de la Plaza Santa Bárbara, junto a su hotel. Él las había estado observando desde el balcón de la habitación y había disfrutado viendo a las tres amigas sonrientes y felices de estar juntas. Sabía que entre las tres habían recopilado ya mucha información sobre el caso, pero ahora sería él el interrogado cuando Tina les presentara.
No sabía que habría dicho a sus amigas, si es que les había dicho algo, ya que iban a pasar estos días juntos, pero él dormiría en el hotel y ella en casa de sus padres, o al menos esos eran los planes o la falta de planes.
Por fin se decidió a bajar a su encuentro. Vió como se volvían a mirarle guiadas por los ojos de Tina y se dió cuenta de que algo sabían, incluso era posible que supieran más que él sobre lo que había entre ellos..
Presentaciones, besos en las mejillas y unas ganas locas de recorrerla con algo mas que sus ojos después de dos largos días sin tenerla cerca.

Desde el concierto del miércoles Jules tenía el martilleo de las letras distrayéndole. A ella esperaba haberla visto el jueves, cuando llegó a Madrid, pero Tina tenía compromisos de trabajo y familiares y no fue posible. Y ahora estaba sentada frente a él, entre sus amigas, esperando a alguien mas con quien habían quedado para ir a comer, con un día por delante en él que no podrían estar solos y en él que tendría que ver hasta donde quería Tina mostrar sus sentimientos en público.
La música seguía sonando dentro de Jules:

I can’t get no satisfaction, because I try and I try and I try, I can’t get no...


E10 Pelea de Gallos

Se fueron a comer casi al lado, a "The Patio", un sitio superchulo, con cocina de Asiana y buen ambiente..

Fernando, desde que había llegado, se estaba comportando como lo que era: un encantador de serpientes, bromista y gallito, que se crecía cuando tenía público.

Jules, que no se había quitado las gafas de sol en ningún momento, hablaba con María e Irene como si se conocieran de toda la vida. Mientras Tina lo observaba, él sacó un cigarro y lo encendió con un gesto muy “film noir”, sujetándolo con los labios fruncidos y dejando salir la primera bocanada de humo con tanta lentitud como el resto de sus movimientos: era un acto de afirmación, marcando su territorio y su origen, aunque no le hubiera hecho ninguna falta, porque, apenas sin moverse, relajado sobre su banqueta, alargando el brazo de vez en cuando para coger la copa de vino o un poco de hummus, tenía pendientes a la mayoría de las mujeres y a algunos hombres de los que llenaban la terraza.
Tina sabía bien cómo manejaba Jules la voz y su acento, estaba convencida de que regulaba la intensidad del toque francés como le daba la gana y ahora…¡Ay, ahora! Incluso sentada del otro lado de la mesa, incluso con el bullicio del local, sentía el efecto de su voz grave y sus erres.

No pudo resistir el impulso de levantarse con cualquier pretexto, saludar a unos amigos en la barra creo, para pasar a su lado, apoyarse en su hombro, inclinarse sobre su espalda y preguntarle al oído como si fuera la perfecta anfitriona:
-¿Estás a gusto? , parece que conectas bien con mis amigos.
Jules ni siquiera volvió la cabeza para contestar:
-Todo perfecto, Tina, te agradezco mucho que me hayas traído al grupo. Tendréis que ponerme al día de lo nuevo que sepáis sobre el caso ¿no, María?
-Ahora os cuento, en cuanto vuelva Tina, ¡no te enrolles y no tardes!- dijo María.
Pero Tina no llegó a escucharla, anestesiada por el frío y aséptico tono de Jules, se fue sin volver la cabeza. Pasó por el lavabo y cuando volvió se encontró a todos hablando de Fede.
María había vuelto a estar con los conocidos comunes y había descubierto que uno de ellos se lo había encontrado con frecuencia en Madrid durante los últimos meses, siempre en la calle, acompañado por el mismo tío, del que era incapaz de recordar el nombre, pero al que describió muy bien.

Fernando, de repente, recordó habérselos encontrado también. Fede le dijo que iban con prisa y presentó a su amigo escuetamente.

Las especulaciones se iban animando con la comida y el vino. Los chistes y los tonteos de Fernando con las tres mujeres también.
Y Jules seguía sin quitarse las gafas de sol. La luz era intensa, Tina imaginaba que los ojos de Jules podrían llegar romper los cristales con la suya en cualquier momento.

-¡Qué pena que no fuéramos una de nosotras quien los viera!,nos acordaríamos del nombre del que iba con Fede y hasta de la marca de sus gafas de sol- dijo María intercambiando una rápida mirada con Tina que, a su vez, miró significativamente a Jules, que siguió sin inmutarse.

-Me los encontré de compras -dijo Fernando- llevaban varias bolsas y estaban a punto de entrar en Lavinia, la tienda de vinos. Iban riéndose y Fede parecía otro, vestía diferente, con ropa un poco...así como un poco gay, ya sabéis, no de su estilo.

-No. Yo no se que quieres decir, será cosa del idioma- saltó Jules, frío y duro como un resorte. Llevaba horas aguantando a ese tipo y sus ganas de llamar la atención. Llevaba horas aguantando la falta de atención de Tina. O eso le parecía a él.

La verdad es que el tonillo de Fernando había sido más molesto que las palabras. Todas conocían su toque de machito, pero Tina vió ahora el de gilipollas. Y vio claramente la diferencia entre los dos hombres sentados a la mesa.

-Pues eso, tío, ya sabes…-insistió Fernando.

Ellas vieron venir la pelea de gallos y fueron rápidas.Tina se levantó e hizo señas a Maria para cambiarle el sitio mientras oía a Jules empezar a soltar un par de frases en francés de las que solo fue capaz de entender :
-“Oh, mais qu’il est con!”.

Tina se sentó junto a Jules y, cogiendo su mano. se la llevó a los labios para darle un beso largo en la palma, luego le presionó ligeramente el muslo para tranquilizarlo, notando la tensión de sus músculos bajo los vaqueros negros.
Jules, se quitó las gafas, miró a Tina a los ojos y susurro:
-Je voudrais tellement t'embrasser!, Je peux?
Tina dió un sorbo a su copa de vino y le respondió levantando la cabeza y entreabriendo los labios para esperarlo.


E11. Peligro de incendio

(Dedicado a todos nuestros amigos bomberos, para que no tengan que apagar mas fuegos que les pongan en peligro que los que encienda la pasión de un beso)

-Así es como me gusta catar los vinos- dijo Jules sonriendo.

Tina notó que el silencio y las miradas les rodeaban tras el beso de película de Jules, un beso que él había comenzado sentado y había terminado poniéndose de pie e inclinándose sobre ella, sin apartar en ningún momento las manos, que enmarcaban la cara de Tina, sujetándola, sin dejar despegar sus bocas.
Fue tan espectacular que solo le faltó saludar antes de volver a sentarse.
Luego, viendo la cara de los amigos de Tina, Jules supo que ella no les había contado nada de lo que había entre ellos. La de Fernando era todo un poema y, de hecho, tardó cinco minutos en poner una excusa y marcharse.

-No hay nada que contar- dijo Tina adelantándose a las preguntas de sus amigas
.
-Ya sabéis, no hay nada de nada, así que, si desaparece ella también, a mi no me hagáis preguntas- dijo Jules riéndose.

-¡Menos mal que no hay nada! ¡Si llega a haber algo incendiáis el local!.

-Por eso ahora no podemos besarnos en el campo- siguió Jules, sin dejar de reírse- tenemos que tener cuidado para no hacer trabajar a nuestro amigo David Villorejo,el bombero. Y atrajo a Tina hacía él rodeándola los hombros y haciendo peligrar la estabilidad de la banqueta.

-¡Me vas a tirar!-dijo Tina-

Y con eso ya estallaron de risa todos, incluida ella.

Jules se levantó y la beso en el pelo diciendo:
-Os doy diez minutos para que habléis y vuelvo.

Tina, por primera vez, hizo a sus amigas un resumen de su historia con Jules, que incluía lo que estaba pasando entre ambos y les dijo que creía que ninguno de los dos tenía nada claro.

Esa última frase coincidió con la llegada de Jules, que comentó:
-Parle pour toi!
-Menos mal que, por lo menos, ya tengo permiso para besarte en público- agregó con sorna.

-Bueno,bueno... eso son cosas vuestras y ya las hablaréis, pero ahora se nos va el tiempo. Vamos a hacer un plan para ver por donde seguir avanzando con el tema de Fede. He pensado preguntar en una de las tiendas donde estuvieron comprando, trabaja allí uno de mis primos y suelen tener una clientela de habituales, por lo que puede que conozcan al amigo misterioso. Si queréis podemos pasarnos luego,a última hora, cuando vayan a cerrar-dijo María

-Ah, entonces tenemos tiempo para una siesta..., ¡hace mucho calor ahora!-dijo Jules

-Hay que ver lo pronto que los extranjeros aprenden esa palabra, les encanta lo de la siesta

-Jules habla muy bien español, se nota que tiene un perfecto dominio de la lengua- dijo María con una sonrisa maliciosa.


E12 La metamorfosis de Fede

Hay tiendas en las que uno entra desde la calle para sentirse rodeado de cosas bonitas y que huelen bien, para cambiar el ruido por la música, para ser recibido con una sonrisa. La tienda de Luis, el primo de María, es así. Hay que resistirse para no estar acariciando la fina piel de los complementos o el tacto de los tejidos de camisas y camisetas. Y vaqueros, muchos vaqueros.
Antes de que nos diéramos cuenta Jules había desaparecido en los probadores con un montón de cosas.

Luis conocía perfectamente a Fede y al amigo misterioso, clientes habituales y compañeros de alguna noche de copas. A veces sólo pasaban por la tienda para que Luis les descubriera algún vino y sentarse a tomarlo con él tranquilamente. Porque en “La Sacristía” siempre había tiempo para una charla y una copa.

-No os voy a dar el nombre de su amigo, no debo, porque si ellos no han querido dejar rastro lo vamos a respetar, pero si os puedo contar que se han ido juntos, o, mas bien, que Fede se ha ido con él, que es el propietario de la empresa en la que trabajan.

-Al amigo de Fede lo conozco desde hace años y nunca hemos dejado de vernos, a pesar de que él siempre ha trabajado fuera de España y a Fede lo conocimos juntos en el Wellington, trabajando en una presentación de vinos a la que nos habían invitado. Ellos conectaron rápido y se hicieron muy amigos porque tienen mucho en común, los dos vienen de familias del mismo estilo y han tenido, o sufrido, la misma educación:
-Han estado encontrándose en Madrid durante los últimos meses, pero a Fede Madrid le ahoga: si se queda en casa de sus padres mal y si no lo hace peor. Hiciera lo que hiciera siempre tenía un profundo sentimiento de culpa. No ir a ver a sus padres cuando venía un fin de semana le dolía, pero ir a verlos le dolía más porque de repente con ellos todo eran reproches, incomprensión, malos entendidos y discusiones…
-No, no creo que Fede sea gay, o, si lo es, aún no lo sabe. Su amigo si, como yo, pero entre ellos la relación es únicamente de amistad, de identificarse porque han tenido que salvar las mismas barreras. Se ha ido porque necesita respirar, ha cambiado de mundo, ha descubierto que hay vida más allá de la del círculo en el que se ha venido moviendo, que puede tomar sus propias decisiones, elegir sus amigos y sus camisas.Y tener valor para elegir la ropa, saber que es lo que uno quiere llevar puesto, no es ninguna tontería, es un acto de afirmación y de formación de la personalidad-dijo Luis muy serio- y continuó diciendo:
-Han emprendido juntos un proyecto de trabajo muy interesante y necesitan espacio para ponerlo en marcha, no quieren. interferencias que les condicionen y han puesto tierra de por medio.
-Puedes estar tranquila María, podéis estar tranquilos porque Fede está bien. Necesitaba soltar amarras y lo ha hecho. A tí te quiere mucho, pero no te ha contado nada para no ponerte en un compromiso con sus padres si llegaban a hacerte preguntas.
-Tendremos noticias suyas en unos meses, seguro, cuando él crea que es el momento, complete la metamorfosis y terminen la puesta en marcha de su proyecto que, por lo que yo se, va genial.
-Así que vamos a abrir una botella de Pride of Paredinas, que la ocasión y este francés que tenemos en el probador lo merecen.



martes, 1 de julio de 2014

Entremisterios 2: Entre una parte y otra, conoce a nuestros personajes

Tina Pavón es nuestra protagonista indiscutible y aparecerá en todos los Misterios. 

Jules Duchenne, tonelero bordelés, es el que acompaña a Tina en sus aventuras y, en muchos casos, el que las provoca. Su trabajo hace que recorra el Duero visitando bodegas para controlar el comportamiento de las barricas que fabrica. Inteligente, culto, amante de los deportes de riesgo. Un bon vivant que cambia el rumbo de sus viajes para estar con Tina siempre que puede.

Fernando, María, Irene, Fede, son parte del grupo de amigos madrileños de Tina. Todos están relacionados por sus estudios, por la viña y el vino.

Luis tiene una tienda de ropa y complementos para hombre en la que siempre hay un hueco para sentarse a tomar una copa de vino o un café. Nos ayuda a resolver el misterio de Fede y empezará a formar parte del grupo de amigos de Tina.